Tan solo se sentía triste y a su alrededor no había nadie con quién llorar, ni quién la abrazara para compartir sus penas. Abrió su ventana y vio que el viejo sauce en el que se trepaba cuando niña, extendía sus ramales en dirección a ella invitándola a refugiarse en él.
Salió de su cuarto a toda prisa y se abrazó al sauce. Cobijándola entre sus hojas sintió su angustiosa soledad y lloró con ella.
Salió de su cuarto a toda prisa y se abrazó al sauce. Cobijándola entre sus hojas sintió su angustiosa soledad y lloró con ella.