Creció feliz, en una familia muy culta y de alta posición económica. Gustaba desde muy pequeño de leer historias apocalípticas, fue un visionario y soñador, defensor de la vida y amante extraordinario de la madre naturaleza. Un idealista que pretendió crear un futuro libre de maldad, que creía en que todo podía cambiar a través del poder de la mente y de los pensamientos positivos. Dedicaba gran parte de su tiempo a concentrarse y ejercitarse en el manejo de las energías cuánticas, una ley de la atracción psíquica que decía que *“lo que pensamos, creemos y tememos, se materializa en nuestro entorno, en sucesos felices o infelices”. De esa forma y envuelto en ese campo magnético de buenas intenciones logró contraer un matrimonio feliz, ya siendo adulto. Tenía tan solo 30 años de edad cuando ese magnífico escudo protector de buenas energías que le había llevado casi toda su vida construir comenzó a debilitarse como consecuencia de una cruda realidad que circulaba a su alrededor...
A veces soy solo aquello que me dicta la imaginación, a veces me enredo en palabras sin sentido para algunos y con mucho o poco significado para otros. A veces soy solo ideas. Otras veces soy frases y otras emociones. A veces soy solo el caos en la constante tormenta energética del universo... pero la mayoría de las veces simplemente soy yo y tu compañía. Eva