Sobrevolaba cual ángel, sobre una gótica tumba. Una gigante cruz, que permanecía inclinada por encima de ella, lastimó mis alas haciéndome caer. Recuperando la conciencia, desperté en el interior de la helada fosa, a mi lado vi un papel, cuya inscripción, pronunciaba mi nombre. Por la mañana, el resonar de un rayo que descendió de los cielos, me arrebató de mi tenebroso sueño... Suspiré con alivio... Me levanté y al hacer mi cama, sobre las sábanas, descansaba aquel papel...
A veces soy solo aquello que me dicta la imaginación, a veces me enredo en palabras sin sentido para algunos y con mucho o poco significado para otros. A veces soy solo ideas. Otras veces soy frases y otras emociones. A veces soy solo el caos en la constante tormenta energética del universo... pero la mayoría de las veces simplemente soy yo y tu compañía. Eva