Se avecinaba la guerra. Ese mismo año me enlisté como voluntaria en la cruz roja. Hacía mucho tiempo que me desempeñaba como enfermera en el hospital de Seattle y en verdad me apasionaba mi profesión, poder salvar vidas y luchar constantemente contra la muerte me hacía sentir útil, sobre todo si lograba salir victoriosa en la batalla. La salud de mis pacientes siempre estaba primero que la mía propia, por eso no me importaba dejar todas mis energías ni mis horas de sueño en las salas del hospital. Debido a mi devoción y a mi profesionalismo me habían promovido a las salas de urgencias. A pesar del cansancio y de pasar horas y horas velando por la vida de los pacientes, junto a los médicos, siempre me mantenía al pie del cañón. Paralelo a mi oficio llevaba una vida absolutamente normal. Apenas terminé mi carrera de enfermería conocí a un hombre muy apuesto con quien tuve dos hijas. Él se había enlistado en el ejército poco antes de conocerme, y en pleno amorío acordamos que, ...
A veces soy solo aquello que me dicta la imaginación, a veces me enredo en palabras sin sentido para algunos y con mucho o poco significado para otros. A veces soy solo ideas. Otras veces soy frases y otras emociones. A veces soy solo el caos en la constante tormenta energética del universo... pero la mayoría de las veces simplemente soy yo y tu compañía. Eva