Más allá del tiempo
Me hallé perdida, en un túnel ,situado en el tiempo y el espacio infinito; buscando entre las sombras y el medio de la nada encontrarme contigo, extraño desconocido.
Envuelta en una eterna oscuridad.
Ante mis ojos, solo la noche sin sueños, solo la débil y moribunda ilusión de hallar ese rostro. Rostro del portador de un corazón y un alma que conozco, sin haber conocido.
Allí, atrapada en ese túnel avancé, sin miedo a las sombras. Flotando en medio de la nada.
No sé cuándo ni cómo, pero repentinamente terminé el recorrido, encontrando el final.
Días, meses, años o quizás solo segundos pasaron, en ese lapso entre las sombras y tú.
Frente a esa enorme y luminosa abertura que hacía de salida, me paré y me aventuré a salir de inmediato, dispuesta a enfrentarme a lo desconocido.
Una vez afuera observé maravillada el delicioso paisaje que me esperaba, un Edén alfombrado de verde, con perfume a jazmín.
Por un instante, cerré mis ojos, para inhalar la fragancia del paisaje; permitiendo que llene mis pulmones, hasta impregnar todos mis sentidos.
Repentinamente, mientras estaba en esa especie de comunión con la naturaleza, sentí el calor de una mano tomar delicadamente la mía. No abrí los ojos, no temí a pesar de no saber quién era, ni de haber escuchado una voz que me hablara. Tan solo me estremecí con la sensación de su suave contacto. ¿ Cómo explicar ese sentir?. Fue como si la magia de la creación me recorriese desde la palma de la mano, por mi brazo, hasta llegarme al corazón... ¿Magia, amor, destino?... No lo sé, solo sentía confianza...
Abrí los ojos para ver a ese extraño personaje que parecía haberme esperado por mucho tiempo. No sé por qué razón, pero, no podía distinguir claramente su rostro; solo una amable sonrisa que se dibujaba entre sus labios.
Era un caballero vestido de blanco, con un aura que irradiaba bondad y me hacia sentir que lo amaba desde antes que el tiempo fuese tiempo y que él me amaba a mí.
Observé también mi ropa, y no traía puesto lo habitual, no sé como, pero como todo lo extraño que sucedía no me sorprendió verme en un delicado vestido de seda blanca, tan suave como la piel de la mano del caballero que me recibió.
Con un gesto, me invitó a seguirlo por ese maravilloso Edén. Recorrimos verdes prados, todo cubierto de jazmines estrellas.
Me llevó a la playa, donde juntos contemplamos el horizonte durante largo rato, mientras sentíamos que la espuma de las olas acariciaba nuestros pies descalzos... ¿Era un sueño? ¿fue real?... No lo supe, hasta el momento en que me llevó frente a una casa, cuyas paredes también estaban cubiertas con el mismo jazmín. el que había visto antes en los prados, al igual que en su jardín... Allí, mientras seguíamos contemplando el lugar, me abrazó de una forma tan cálida, tan acogedor fue ese abrazo, que me sentí amada por primera vez ...¿ Y cómo explicar el momento'...Nuevamente sentí estallar el universo en mi corazón. Lo miré a los ojos y aun, sin poder identificar su rostro, vi el brillo de su alma, vi amor y en ellos mi destino.
Caminamos otro rato, nunca dijo una palabra, era suficiente su mirada, su aura y la calidez de su piel para decirme y hacerme entender todo sin hablar.
Al atardecer, nos tiramos entre las blancas flores y contemplamos el cielo juntos, me mantuvo abrazada tiernamente, me dormí apoyando mi cabeza en su pecho; me besó... Tristemente desperté en mi cama, él no estaba, fue tan solo un sueño.
Hoy con la esperanza de que existes, aun sin conocer tu rostro, espero encontrarme contigo, en nuestro Edén alfombrado de jazmines... Más allá del tiempo...
Evangelina S. Vlche
Hoy con la esperanza de que existes, aun sin conocer tu rostro, espero encontrarme contigo, en nuestro Edén alfombrado de jazmines... Más allá del tiempo... |
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