Hacía frío. La madre mecía a su niño, sentada en una esquina en la vereda,lo protegía entre sus brazos.
No pedía limosnas, solo un corazón compasivo que les ofreciera
refugio durante la noche o al menos una manta que les brindara calor.
La gente caminaba con apuro por las calles, la miraban con desprecio si es que con suerte tropezaban con ella y la veían.
Una niña caminaba con su padre quién la jalaba de la mano para apresurar su paso, tenían que llegar a las tiendas donde la esperaban sus regalos. Se libró de él por unos instantes, corrió con prisa hasta la esquina, se quitó su abrigo y se lo entregó a la mendiga para que arropase al niño.
El padre de la pequeña, fue a buscarla con enojo
-Dónde estabas?! vas a perderte entre tanta gente?!. No te acerques a esa pordiosera!!!
- Papá!!!- respondió, frunciendo el ceño y con sus manitos en la cintura- Que tontos que son los grandes!!! no ves que es mamá María y en sus brazos está el niño Jesús, solo necesitaban que alguien se acordara de ellos
El padre de la niña volvió enojado en busca del abrigo, pero no encontró a nadie.
La noche de la navidad cuando la pequeña fue con sus padres a abrir sus regalos, encontró su abrigo debajo del árbol, ese que aquel día le dio calor al niño.
Nadie supo como llegó allí...
E.S.V (2015)