Ha sucedido algo muy raro, después de tantos años de casados, casi al cumplir las bodas de oro y a mi abuelo sele nubló la razón. La nona llora desconsolada al ver al nono por las calles andar a calzón quitado con la mano en el corazón, y la otra en la cintura de avispa de una morena recién llegada de Hong Kong.
Ya al punto de estallar de los nervios, chancleta en mano como para salir a buscarlo mientras escucha a los Pimpinela en el televisor, toma el teléfono para llamar a su abogado para concretar el divorcio. Abruptamente, en el corte publicitario, aparece en la pantalla una primicia de último momento: Hacker Japonés controla los marcapasos de los abuelos y los insta a comprar la nueva generación de muñecas “Play Body- puro placer”, en tamaño real, de fabricación propia. No ha de sorprender que después del estado de sorpresa por la noticia la abuela quedase paralizada y colgara el teléfono. Pensé que iría corriendo a buscar al abuelo e intentaría llevarlo con el técnico al que siempre le lleva la computadora cada vez que le roban su cuenta de Facebook, para recuperarla. Pero no fue así con mi abuelo. En cambio, solo la oí decir:
- ¡Puchas! Tendré que colocarme el marcapasos antes de que lancen el muñequito de Clark kent.
En fin, a mí me dejaron preocupado estos dos… lo único bueno de todo esto es que, si algo se le para al abuelo, no será exactamente el corazón. ¿Y con la nona?, sin duda se preguntarán al igual que yo… y… en ese caso, tendremos que esperar a ver si Superman o el marcapasos resisten.
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