Cansado de sobrevolar la tierra, tras millones de años de unir corazones a fuerza de arco y flecha.
Sentose cupido frente a una computadora de última gama.
Maravillado por la amplia base de datos que le proveían las redes sociales, frotó sus manos, lanzó una sonrisa sobradora, y puso dedos al teclado afanosos de unir a la multitud de almas solitarias que circulaban por la red.
Primer resultado:
Macho fetichista, mujeriego por naturaleza, que había quedado solo tras su mala fama de cazador furtivo, buscaba a su amor con la promesa de portarse bien.
CARGANDO DATOS...
Segundo resultado:
Bella señora, divorciada, muy de su casa, nada celosa y con la curvatura digna de una guitarra, labios carnosos y apetecibles a la vista de los hombres. Su promesa: besar al amor de su vida para luego amarlo por la eternidad.
CARGANDO DATOS...
¡Compatibles!
-¡¡¡Eureka!!!!- Gritó cupido besando el monitor.
Nuevamente manos al teclado, haciendo artilugio de sus dones, logró ponerlos en contacto y concretar una cita.
Ambos aceptaron. Pero para su suerte o mala suerte, no pudieron hacer una llamada para entablar conversación previa a la cita, por problemas en las lineas.
Como dama y caballero (sobre todo el caballero) fueron flechados por las imágenes publicadas en la web, no le dieron importancia al hecho de conocerse las voces.
Esa noche, la consigna había sido (y esto para ponerle mas intensidad), un beso sin mediar palabra , así probar química.
Y en un café, tras un beso apasionado, sin decir siquiera hola, ella entonó con vos de tenor un "TE AMO" y en el movimiento de su garganta tras el vibrato de su voz, cayó el pañuelo que, para asombro del caballero, dejó ver la nuez de Adán de aquella bella dama...
¿Y cupido?
Solo atinó a decir:
-¡La base de datos de virus, ha sido incorrectamente actualizada!