Voy alcanzando la cima de lo inhóspito refugiada en mis silencios, Intentando anclar el alma al empinado muro, que guía mis pasos hacia el oasis perdido donde habita la paz. Allí, donde el sol aflora en el horizonte, y muere, al naciente del blanco mármol que reposa callado a los pies de la tumba, donde el olvido destierra el recuerdo y el silencio hace tanto ruido que aturde al alba, opacando la luz del sol, en el magnífico momento del encuentro entre la soledad y las cuerdas vocales que arpegian mudas melodías, cuando todo calla. Eva
Cubiertos del manto de aquella noche colapsan mis labios bajo un muérdago azul. Caricias que acompasan tus vibraciones, de seda y aroma a naranjo tu agitación. En el diagrama de tus cabellos entre mis dedos, dibujan mis notas de exaltación alabanza a lo más profundo de tus enigmas, austero y penitente de tus encantos, he abdicado a los quereres de mi alma en una efusión de tu sonrisa tras haber hallado en tu universo mis lunas, mis noches y mis días. Bajo un muérdago azul aquella noche he acariciado la luz detrás de mis sombras, he timado desde tus besos un sueño que nace incomprendido bajo las hojas de aquel muérdago azul. Eva (La Tinta del Caos) 25/5/2018