-Eran gatos! ¡Eran gatos! ¡Eran unos sucios y apestosos gatos! Ya te lo decía yo Manuel, el burdel estaba lleno de esas negras inmundicias que me vaciaban la bodega y destilaban alcohol… eran viles y cochinos gatos. Pero ya ves Manuel lo he limpiado todo, voy camino a redimir esta casa de locas y prostitutas impuras. - Decía nervioso el sacerdote del Callejón del Diablo, estrujando entre sus manos un gorro negro de lana que usaba para cubrir su calvicie. Dejando ver unos dientes de conejo que no le permitían cerrar sus labios por completo y le hacían derramar saliva al hablar, continuó: - Ven Manuel, ven. Estas lacras ya no están y mi bodega está llena otra vez. Bajemos al sótano. No temas Manuelito. Manuel, su amigo jorobado y sordomudo, quién obviamente no emitió palabra alguna, lo acompañó algo temeroso hacia el oscuro sótano. -Ya ves amigo Manuel, los gatos no maúllan y mi bodega está llena. El sordomudo no veía nada pues estaba muy oscuro allí, así que sacó un encendedor de ...
A veces soy solo aquello que me dicta la imaginación, a veces me enredo en palabras sin sentido para algunos y con mucho o poco significado para otros. A veces soy solo ideas. Otras veces soy frases y otras emociones. A veces soy solo el caos en la constante tormenta energética del universo... pero la mayoría de las veces simplemente soy yo y tu compañía. Eva